No dejamos de jugar porque nos hacemos viejos. Nos hacemos viejos porque dejamos de jugar...
así que sueña como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir mañana.
miércoles
C.
El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un ladrón, una prostituta o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.
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