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No dejamos de jugar porque nos hacemos viejos. Nos hacemos viejos porque dejamos de jugar...

así que sueña como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir mañana.


miércoles

Coloquios históricos del Sr. X

C.

El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un ladrón, una prostituta o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.

domingo

Mafalda dijo:

  Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine. Por eso he decidido disfrutarla con mayor intensidad.
  El mundo está loco. Definitivamente loco. Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina.
  • Hacer el amor, despeina.
  • Reírte a carcajadas, despeina.
  • Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
  • Quitarte la ropa, despeina.
  • Besar a la persona que amas, despeina.
  • Jugar, despeina.
  • Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
  • Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.
  Así que, como siempre y cada vez que nos veamos, yo voy a estar con el cabello despeinado. Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por un buen momento.
  Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
  Puede que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.
  Las normas de este mundo exigen buena presencia: péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria, … Y quizá debería seguir las instrucciones, pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda … ¡La persona más linda que puedo ser!
  Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que quiero ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres: entrégate, come rico, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta, y sobre todo, ¡deja que la vida te despeine…!
  Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


N.

-¿Por qué fumas? ¿No sabes que es malo para tu salud?
-Siempre me ha reconfortado la idea de saber que moriré antes de que las cosas vayan a peor.

Sigmund Freud.

   Delboeuf relata un interesantísimo ejemplo de la fuente de la que provienen los sueños, constituido por uno propio. En él vio el patio de su casa cubierto de nieve, y bajo ésta halló enterradas y medio heladas dos lagartijas. Queriendo salvarles la vida, las recogió, las calentó y las cobijó después en una rendija de la pared, donde tenían su madriguera, introduciendo además en esta última algunas hojas de cierto helecho que crecía sobre el muro y que él sabía ser muy gustado por los lacértidos. En su sueño conocía incluso el nombre de dicha planta: asplenium ruta muralis. Llegado a este punto, tomó el sueño un camino diferente, pero después de una corta digresión tornó a las lagartijas y mostró a Delboeuf dos nuevos animalitos de este género que habían acudido a los restos del helecho por él cortado. Luego, mirando en torno suyo, descubrió otro par de lagartijas que se encaminaban hacia la hendidura de la pared,y, por último, quedó cubierta la calle entera por una procesión de lagartijas, que avanzaban todas en la misma dirección.
  El pensamiento despierto de Delboeuf no conocía sino muy pocos nombres latinos de plantas y entre ellos se hallaba el de asplenium. Mas, con gran asombro, comprobó que existía un helecho así llamado -el asplenium ruta muraria- nombre que el sueño había deformado algo. No siendo posible pensar en la coincidencia casual , resultaba para Delboeuf un misterio el origen del conocimiento que el nombre asplenium había poseído en su sueño.
  Sucedía esto en 1862. Dieciséis años después, halló Delboeuf, en casa de un amigo suyo, un pequeño álbum con flores secas, semejantes a aquellos que en algunas regiones de Suiza se venden como recuerdo a los extranjeros. Al verlo sintió surgir en su memoria un lejano recuerdo; abrió el herbario y halló en él el asplenium de su sueño, reconociendo, además, su propia letra, manuscrita en el nombre latino escrito al pie de la página. En efecto, una hermana del amigo en cuya casa se hallaba había visitado a Delboeuf en el curso de su viaje de bodas, dos años antes del sueño de las lagartijas, o sea, en 1860, y le había mostrado aquel álbum, que pensaba regalar, como recuerdo, a su hermano. Amablemente, se prestó entonces Delboeuf a consignar en el herbario el nombre correspondiente a cada planta, pequeño trabajo que llevó a cabo bajo la dirección de un botánico que le fue dictando dichos nombres.
  Otra de las felices casualidades que tanto interés dan a este ejemplo permitió a Delboeuf referir un nuevo fragmento de su sueño a su correspondiente origen olvidado. En 1877 cayó un día en sus manos una antigua colección de una revista ilustrada, y al hojearla tropezó con un dibujo que representaba aquella procesión de lagartijas que había visto en su sueño del año 1862. El número de la revista era de 1861, y Delboeuf pudo recordar que en esta fecha se hallaba suscrito a ella.


sábado

N. Pasos para la creación de un sistema solar:

Ingredientes necesarios para la creación de un sistema solar:
 -Un vaso.
 -Leche.
 -Una cuchara.

Preparación:
 Eche la leche en el vaso hasta que este esté casi lleno y situe la cuchara dentro del vaso.

Procedimiento:
 1) Mover la cuchara de forma caótica hasta consegir burbujas en la leche.
 2) Mover la cuchara de forma circular.

Resultado:
 Pequeños planetas redondos girando de manera circular al rededor del Sol.