—De pequeño soñaba que podía volar—le dijo—. Pero cuando despertaba, no era así... O eso me decían. Pero ¿y si mentían?
—¿Qué quieres decir?
—Tal vez podamos volar. Todos. ¿Cómo lo sabremos si no saltamos desde un lugar muy alto? —El viento entraba a ráfagas por la ventana. —. Nadie sabe qué puede hacer de verdad a menos que se atreva a saltar.
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